ATQ Arquitectura

Blancas puertas

06/06/2016, by estudio@atqarquitectura.com, in Interior, 0 comments

No todo lo nuevo es siempre mejor

Muchas veces tenemos elementos de calidad más que aceptable que sin embargo no se ciñen a la moda o al gusto del usuario. Un ejemplo de ello son las puertas de interior que a través de promociones enteras de viviendas se han establecido con unas características que no siempre son las que más nos agradan. Así abundan puertas de roble por ejemplo con clásicos tiradores de latón dorado brillo. Muchos clientes lo primero que nos plantean en un proyecto u obra es el cambio de puertas. Ya sea por sus molduras, su color o sus tiradores.

Aquí nos encontramos con dos inconvenientes: la complejidad del reemplazo de las puertas existentes en cuanto a la repercusión de obra y el presupuesto disponible. Aún asumiendo estas dos cuestiones, en la mayoría de las veces la nueva puerta no supera en calidad a las que teníamos, aunque claro está nos parezcan más bonitas.

Plan B

Pues existe otra posibilidad con más que respetables resultados y es lacar nuestras puertas. Si optamos por hacerlo de manera profesional un especialista recogerá las puertas y las llevará a taller, donde además de prepararlas y lacarlas podrá también cambiar bisagras y manivelas incluso emplasteciendo las marcas de las antiguas. Una serie de opciones nos permitirá adecuar el presupuesto disponible en cuanto a si cambiamos también las molduras (pudiendo ponerlas lisas por ejemplo) o bien directamente lacar también las existentes. La puerta de acceso y los cercos, así como las molduras en caso de no ser reemplazadas, se lacarían in situ. Los plazos de ejecución y las molestias por obra son casi mínimos.

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Puerta original en roble lacada en blanco in-situ